martes, 5 de julio de 2011

Como una niña con zapatos nuevos

- jajajjajaa - Mi madre se parte de risa ella solita.
- ¿De que te ries?- Le pregunta mi padre
- Me estaba acordando de un dia que.. ¿tu te acuerdas de cuando ponían los puestos de zapatos en la calle enfrente de Atarazanas?
- Si, en la pared del lado mar, creo
- Bueno, yo no me acuerdo en que pared; los ponían allí en cajas , en el suelo; eran restos de las tiendas que dejaban más baratos, vamos saldos, el caso es que resulta que un dia mi padre fué y me compró unos zapatos allí; de aquellos zapatos tan malos, porque eran más malos que la carne de perro ¿te acuerdas?. - Mi padre asiente; mi madre continúa dirigiéndose a nosotros:
- En aquel entonces lo que llevábamos eran alpargatas, vamos, lo más barato. Unas alpargatas para cada uno y hasta que no sacábamos los dedos por delante no nos compraban otras; alpargatas para todo, los dias de cada dia y los domingos y las fiestas; ¡vamos,  a todo trote!; bueno, pues aquel dia tu abuelo, todo rumboso él, me compró los susodichos zapatos. Unos zapatos de cartón más duros que yo que sé... pero a mi me parecían una maravilla y no dejaba de mirarlos alucinada ¡me encontraba yo elegantísima, vamos!

A mi madre le brillan los ojos, está totalmente transportada a la Barcelona de la posguerra. Parece una chiquilla.

-  Me acuerdo de que iba yo más contenta que unas pascuas a ver a mi madre al sanatorio con mis zapatos nuevos, pensando "ya verás cuando  me vea mamá lo contenta que se va a poner " y de repente, va y se pone a llover a cántaros, ¡chooffff!!! ¡y venga llover!! y los zapatos que empiezan a hincharse y yo que veo que se deshacen de la punta y agarroto los dedos para ver si consigo que aguanten, pero nada, cuando llegué  al sanatorio ya llevaba los dedos fuera.

¡Y se ríe la jodía! ésto lo pones en una película iraní y és un dramón de padre y muy señor mío, pero ella se ríe como si estuviera explicando un chiste. Continúa:

- ¡jajajaja! yo toda apurada, intentando que no se deshicieran mucho, pisando con cuidadito, pero claro, es que eran de cartón ¿que quieres? de cartón pintado con betún. ¡Con lo contenta que iba yo! ¡para una vez que me compraban unos zapatos...! jajjajaajajaja!! me duraron menos que un bizcocho en la puerta de un colegio... es que no está hecha la miel para la boca del asno, así que ¡vuelta a las alpargatas se ha dicho!

con mis padres,¡ me encanta ésta foto! rebosa amor, cariño, alegría y felicidad
Y continúa la sobremesa con más anécdotas y más risas y yo que cada dia me admiro más de ser hija de unas personas tan alegres, fuertes y luchadoras, y me pregunto si mis hijos se sentirán alguna vez tan orgullosos de mi como yo de mis padres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario