jueves, 8 de enero de 2015

domingo, 4 de enero de 2015

Confesiones de una ciclista urbana

Recupero éste texto que publiqué como comentario en el excelente blog "El de la bici", del cual podéis encontrar un enlace más abajo:










Yo también he pedaleado y pedaleo, irredenta. Es lo que me pone una sonrisa en la cara a diario, es lo que hace que ir al trabajo cada dia sea cómo un domingo por unos minutos. Confieso que he llegado cargada de energía, con la luz del sol a cuestas, con los aromas de las hierbas del campo por donde paso, los cantos y graznidos de las aves que pueblan el rio al lado del cual pedaleo.
Confieso que no llevo casco y los señores mayores vestidos de marcianos multicolores me han llamado la atención por ello, Que mi bici lleva alforjas, luces, timbre y guardabarros, y unas ruedas enormes. 
Confieso que he descubiertos rincones de mi ciudad que ni sospechaba cuando iba en coche ó en metro, y me han encantado, y me tomo un café en la plaza Massadas y me parece estar en un pueblito...
Confieso que he buscado las mejores rutas, preferentemente en zonas con poco tráfico, respetando la prioridad de los peatones y muchas veces he intercambiado saludos, sonrisas y frases amigables con ellos.
Confieso que tengo que aceptar pacientemente que me llamen poco menos que heroína por hacer algo que me encanta "vienes a trabajar cada dia en bici??? desde tan lejos???" 
Confieso que he perdido la paciencia con algunos amigos que opinan que somos un estorbo y un peligro y nos creemos súper-guays-enrollados-alternativos por ir en bici y en realidad somos unos pedantes, La envidia que es muy mala!
Y por último confieso que he contagiado a mi marido y también ha caído preso de la felicidad sobres ruedas.





El de la bici: confieso que he pedaleado

martes, 20 de diciembre de 2011

Navidad, familia y otras zarandajas

Llegando a estas alturas del año ó mejor dicho, hace ya algunas semanas, que voy con el tiempo justo para no perder la costumbre, nos asaltan las fechas que más opiniones divergentes causan: la Navidad. Hay quien la adora y se pasa el día poniendo espumillón y velitas y haciendo galletas de gengibre; comprando con amor y cariño regalos para toda la familia y planificando cuidadosamente el menú de Nochebuena y, por contra, hay quien detesta la fecha y no deja pasar un dia sin mencionarte, venga ó no a cuento en la conversación, lo falsos que son éstos sentimientos pastelosos, que si pudiera se metería a hibernar hasta el 7 ó 8 de Enero, que si es un derroche consumista intolerable habida cuenta de la cantidad de personas que estan pasando hambre y necesidades en todo el mundo, se quejan de tener que soportar a sus familiares durante interminables comilonas que te deajn el colesterol por las nubes y tal y tal...en fin, he de decir que yo he estado en ambos lados y hoy por hoy casi que me quedo en la trinchera, justo enmedio de las dos posiciones.
Por un lado nunca he sido capaz de crear una atmósfera navideña maravillosa comme il faut,  más bien la cosa ha sido un colgar los adornos justo unas horas antes de que lleguen los comensales, planificar y comprar los ingredientes del menú me ha parecido siempre una especie de tortura en la que me he gastado una cantidad de dinero casi obscena y los regalos, pues una obligación cumplida de muy malísima gana, para que nos vamos a engañar. Pero eso si, desde niña me ha encantado juntarme con la familia, el olor del abeto y las lucecitas de colores. Me da una rabia tremenda las personas que apelan a los más desfavorecidos con el argumento tan manido de "fíjate; ahora hablan de los que no tienen nada ¿es que durante el resto del año no existen? me da asco esta hipocresía comercial", son los mismos que no se acuerdan del prójimo nunca, ni en Navidad ni en San Juan ¿quien es el hipócrita? al menos seamos sinceros y digamos que la Navidad nos toca las narices por el motivo que nos las toca, porque hay que gastarse una pasta y juntarse con la familia si ó si.
 Pero, amiguitos, todo tiene un porqué y cuando uno lo descubre todo se le hace más llevadero, las cosas adquieren un sentido más claro. No es casualidad que coincidiendo con el Solsticio de Invierno, cuando los dias son más cortos, nos de por juntarnos; es lógico pensar que desde muy antiguo la falta de luz nos hacía recogernos en nuestros hogares mucho antes, facilitando una convivencia mucho mayor que el resto del año con todo lo que ello conlleva: roces, tensiones, manifestación de conflictos, etc... También es lógico que la tradición sea llenar nuestras casas de luz, en forma de velas, bombillitas, brillos de toda clase; así como madera para hacer fuego (p.e. abetos). También tienen su razón las copiosas comidas y la acaparación de las mismas, que antaño tenían la función de proveernos de las calorías necesarias para aguantar las bajas temperaturas. Las prácticas de nuestros ancestros fueron dando lugar a una serie de ritos y símbolos que, por supuesto,  la religión se apropió: La decoración brillante, las velas y luces simbolizan la luz del sol, los frutos rojos y las ramas verdes invocan a la dormida naturaleza, incluso el pesebre con su niño Jesús simboliza la esperanza de un nuevo comienzo, el nacimiento de un niño interior en cada uno de nosotros. Podemos pasarnos estas semanas despotricando contra el mundo, estamos en nuestro derecho de dar nuestra pataleta, ó podemos aprovechar la energía reinante para poner nuestras cuentas al dia: aprovechando el ambiente festivo y la abundancia de bebidas alcoholicas, podemos decirle a nuestro padre, a la tia Gertrudis ó a los suegros, todo aquello que tanto nos duele ó nos molesta, el alcohol y la euforia navideña nos lo facilitará, así como nos servirá de atenuante, y aprovechando el ambiente de amor, más ó menos sincero, pedir perdón, perdonar a nuestra vez y abrazarnos y llorar y  marcharnos a dormir mucho más ligeros de lo que nos levantamos. La Navidad es el mejor momento del año para solventar los Karmas pendientes con las familias, el ambiente nos es propicio y a poco que nos dejemos llevar, siempre actuando desde el corazón, podemos resolver aquellos nudos emocionales que llevamos años apretando. Seamos como los niños que expresan su frustración con pataletas y lloros, no temen llorar y gritar y siempre recuerdan al final que te quieren y  pasada la tormenta, relucen como un arco iris.
Por supuesto tambien podemos expresar nuestros buenos deseos y propósitos, hacer buenas obras y  dar una oportunidad al amor y la paz, ¿que tambien se puede hacer a lo largo del año? pues claro, con más razón; hoy es un dia tan bueno como cualquier dia futuro, mejor dicho, es mucho mejor, porque hoy es hoy, es presente, y el futuro no ha llegado y quien sabe si llegará.
Por todo ésto os deseo que el espíritu de la Navidad, de la vuestra, os oriente en aquellas cosas que deben ser sanadas y os suavice el trago a base de viandas, dulces y villancicos


           FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO




P.D. al hilo de éstas reflexiones y para facilitar mi propio trabajo personal os anuncio que voy a limitar muy mucho mi presencia en la red hasta pasado fiestas. Nos leemos en Enero!!












miércoles, 10 de agosto de 2011

A veces vuelve

A veces vuelve, nunca sé cuando ni como, pero siempre me pilla de sopetón.
Puede ser en una calle blanca de un pueblo de la costa, puede ser una fragante noche de verano, un paseo por el campo; no sé que lo desencadena ¡ay, ojalá lo supiera! a veces el olor a hinojo, el sol, la luz, una canción, una palabra, un gesto, ¡mil cosas!.
Algo en mi interior inicia una espiral en el tiempo, se me eriza la piel, se me dilatan las aletas de la nariz, salgo de mi yo de hoy y entro en mi yo de entonces, ¡es tan vívido! estoy segura de que si algún espejo captase mi imagen en ese momento reflejaría la joven que fuí, en la más tierna juventud de los dias sin pasado y de las primeras veces de casi todo.

imagenes para Hi5

El sorprendente e inédito olor de la primera noche en que salí hasta mucho más tarde de la hora de cenar, aquellos dias en Ibiza, apenas diecinueve años, en que recorríamos la isla en una Vespa alquilada; explosiones de color de las buganvillas, los jazmines inundando el aire, el aire frío de las mañanas en el Pirineo, el humo de la chimenea, el olor a rancio del albergue, el sabor de la nieve, su olor, si la nieve tiene un extraño olor a ozono, su textura; la magia de la noche de San Juan, el salitre, la brisa del mar; las panaderías de madrugada con su olor a panecillos y pasteles,  los hasta entonces desconocidos sonidos de la noche. Como entonces, se me tensa la piel como si fuera una pandereta, rejuveneciendo de golpe,vibrante;  se me aflojan las rodillas de puro placer de vivir, se me hincha el pecho en inhalaciones rápidas y profundas, como si quisiera quedarme para mi todo el aire del mundo, como si pudiera apresar el momento en mis pulmones y quedármelo para siempre, dejarlo salir poco a poco para revivir la sensación y atesorarlo después, avariciosamente, en mi interior. Es hasta doloroso como ya lo era entonces, placer de vivir y dolor de crecer, siempre juntos, conformando el mapa de mis sentidos. Y entonces se va, de repente un claxón, una pregunta, a veces no es nada en concreto, simplemente se va, como el humo, como el olor de mamá... pero por suerte, a veces vuelve; hasta ahora siempre ha vuelto y eso es parte de la gasolina que me hace seguir adelante, seguramente es el mismo combustible que usamos todos, diferente e igual; es lo que impulsa a los jóvenes a hacer lo que hacen, a vivir, a sentir ¡les entiendo tan bien! ¡somos tan ilusos pensando que podemos controlarlo! nadie puede, ni siquiera ellos, ni siquiera nosotros pudimos; vivirán, atesoraran momentos y sensaciones sin darse cuenta hasta que un dia vuelvan a ellos como vuelven a mi, como nos vuelven a todos. Por suerte, gracias a la vida, a veces vuelve.




viernes, 8 de julio de 2011

Vegetación


Yo no sé si es que el coche lleva aparcado allí la vida de un cristiano ó es que esta lluviosa primavera pasada, conjuntamente al tórrido y bochornoso inicio de verano que llevamos ha hecho que la humilde vegetación mediterránea de la zona se haya transmutado en floresta tropical (o esté a punto de hacerlo), pero me ha hecho tanta gracia los valientes tallos de hierba rodeando al coche como si le amenazaran con no dejarle salir, que no he podido evitar fotografiarlo y después customizarlo en plan cómic y allá va la imagen:

¿Quien sabe? quizá, si el dueño ó los servicios municipales no mueven el vehículo, las plantitas lleguen a mutar en arbustos espinosos como en el cuento de la Bella durmiente...

martes, 5 de julio de 2011

Como una niña con zapatos nuevos

- jajajjajaa - Mi madre se parte de risa ella solita.
- ¿De que te ries?- Le pregunta mi padre
- Me estaba acordando de un dia que.. ¿tu te acuerdas de cuando ponían los puestos de zapatos en la calle enfrente de Atarazanas?
- Si, en la pared del lado mar, creo
- Bueno, yo no me acuerdo en que pared; los ponían allí en cajas , en el suelo; eran restos de las tiendas que dejaban más baratos, vamos saldos, el caso es que resulta que un dia mi padre fué y me compró unos zapatos allí; de aquellos zapatos tan malos, porque eran más malos que la carne de perro ¿te acuerdas?. - Mi padre asiente; mi madre continúa dirigiéndose a nosotros:
- En aquel entonces lo que llevábamos eran alpargatas, vamos, lo más barato. Unas alpargatas para cada uno y hasta que no sacábamos los dedos por delante no nos compraban otras; alpargatas para todo, los dias de cada dia y los domingos y las fiestas; ¡vamos,  a todo trote!; bueno, pues aquel dia tu abuelo, todo rumboso él, me compró los susodichos zapatos. Unos zapatos de cartón más duros que yo que sé... pero a mi me parecían una maravilla y no dejaba de mirarlos alucinada ¡me encontraba yo elegantísima, vamos!

A mi madre le brillan los ojos, está totalmente transportada a la Barcelona de la posguerra. Parece una chiquilla.

-  Me acuerdo de que iba yo más contenta que unas pascuas a ver a mi madre al sanatorio con mis zapatos nuevos, pensando "ya verás cuando  me vea mamá lo contenta que se va a poner " y de repente, va y se pone a llover a cántaros, ¡chooffff!!! ¡y venga llover!! y los zapatos que empiezan a hincharse y yo que veo que se deshacen de la punta y agarroto los dedos para ver si consigo que aguanten, pero nada, cuando llegué  al sanatorio ya llevaba los dedos fuera.

¡Y se ríe la jodía! ésto lo pones en una película iraní y és un dramón de padre y muy señor mío, pero ella se ríe como si estuviera explicando un chiste. Continúa:

- ¡jajajaja! yo toda apurada, intentando que no se deshicieran mucho, pisando con cuidadito, pero claro, es que eran de cartón ¿que quieres? de cartón pintado con betún. ¡Con lo contenta que iba yo! ¡para una vez que me compraban unos zapatos...! jajjajaajajaja!! me duraron menos que un bizcocho en la puerta de un colegio... es que no está hecha la miel para la boca del asno, así que ¡vuelta a las alpargatas se ha dicho!

con mis padres,¡ me encanta ésta foto! rebosa amor, cariño, alegría y felicidad
Y continúa la sobremesa con más anécdotas y más risas y yo que cada dia me admiro más de ser hija de unas personas tan alegres, fuertes y luchadoras, y me pregunto si mis hijos se sentirán alguna vez tan orgullosos de mi como yo de mis padres.